Comprendemos el poder brutal de un terremoto y lo que la naturaleza puede hacer. Que un terremoto es una fuerza de la naturaleza, usualmente impredecible y siempre una fuerza a respetar. Fabricamos disipadores sísmicos para mantener a la gente a salvo a la hora de lo inevitable. Pero, ¿y si los terremotos no fueran impredecibles, si pudiéramos detenerlos lo haríamos, cierto? Aparentemente no…
Ahora que Oklahoma enfrenta otro terremoto claramente causado por el hombre, no podemos evitar preguntarnos por qué. En áreas alrededor del mundo en las que la fractura hidráulica es común se están viendo más terremotos. Aquí hay más que una correlación. Las cortes holandesas ya han reconocido el vínculo y el año pasado limitaron las actividades de fractura hidráulica en la aldea de Loppersum, en la que terremotos pequeños de una magnitud de unos 3,4 grados comenzaron a causar daños- El terremoto del sábado en Oklahoma, de una magnitud de 5,6, fue 150 veces más fuerte que los que se sintieron en Loppersum. Oklahoma viene experimentando cada vez más terremotos y este último fue de igual magnitud que el de noviembre del 2011. Nos preguntamos, ¿vale la pena? Esta vez nadie murió, pero podría haber ocurrido. En general, los edificios de la zona no están preparados para terremotos de esta magnitud o más fuertes. No lo olvidemos que “los terremotos no matan personas, los edificios sí”, y en Oklahoma, con edificios de ladrillo sin reforzar, la región no está preparada para estas nuevas fuerzas de la naturaleza. El “enorme” para la Ciudad de Oklahoma no necesita ser tan grande para causar daños en todas partes e incluso fallas catastróficas.
Siendo una compañía especializada en protección sísmica, nos hemos vuelto profundamente conscientes de que se está formando un nuevo mercado en Oklahoma. Mientras los científicos siguen discutiendo si hemos entrado en el período Antropoceno, nosotros enfrentamos las realidades de los peligros geológicos generados por el hombre. Por primera vez estamos teniendo conversaciones acerca de protección de edificios, no frente a la naturaleza, sino frente a la humanidad, es preocupante y perturbador. Mientras las empresas siguen bombeando aguas residuales dentro de los más de 4000 pozos en Oklahoma, los riesgos siguen aumentando. El estado ordenó clausurar 37 pozos, un paso en la dirección acertada, pero no suficiente.
Disipadores sísmicos, aisladores y otras tecnologías de protección contra terremotos atestiguan el respeto de la humanidad por la naturaleza. Son avances tecnológicos que fueron desarrollados debido a la pérdida de vidas humanos a lo largo de nuestros milenios de historia. Ahora que finalmente contamos con tecnología para protegernos, también tenemos tecnología para producir estas fuerzas naturales devastadoras. Usemos la tecnología de manera responsable. Solo por que podamos obtener energía a partir de la fractura hidráulica no quiere decir que deberíamos.
Aprendamos una lección del reciente terremoto en Oklahoma, quizás el riesgo no valga los beneficios.